jueves, 19 de marzo de 2015

Queso, todo un mundo de beneficios


El queso es un alimento que forma parte de nuestra dieta. ¿Casi no existe ningún hogar donde no esté presente un buen queso, pero realmente conocemos cuáles son sus propiedades? Este producto es un elemento importante dentro de una alimentación completa y equilibrada, aunque como todo en esta vida, su abuso puede tener efectos nocivos para el organismo.

Los expertos recomiendan un consumo de aproximadamente unos 30 gramos de queso diarios, una cantidad que ya satisface el aporte lácteo necesario para el organismo.



La principal característica del queso (en todas sus variedades) es el alto aporte de calcio y de fósforo. Así, una porción de unos 100 gramos de producto equivale a unos 1.000 miligramos de calcio, cantidad que resulta en general suficiente para cubrir el requerimiento diario de este mineral.

Aunque no siempre se consideró así, el queso es un alimento que conviene consumir en todas las etapas de la vida. Mientras los niños pueden combinar su consumo con el de la leche e incluso aumentarlo hasta unos 40 gramos diarios, para ayudar a la buena formación de los huesos y los dientes, los adultos, que por lo general suelen tomar mucha menos leche, encuentran en el queso un excelente sustituto para la conservación de su esqueleto y la prevención del desgaste óseo. Esto es especialmente importante en las personas de más edad, por la incidencia que en ellas tiene la osteoporosis y el mayor riesgo de sufrir fracturas de huesos.

EMBARAZO Y LACTANCIA
Las mujeres embarazadas también tienen en el queso un buen aliado para cubrir el mayor requerimiento de calcio que se da a lo largo del embarazo y durante el período de lactancia. El queso, además, es un alimento que contiene proteínas de muy buena calidad. Como sucede, por ejemplo, en el caso de las carnes rojas, este aporte proteico ayuda a formar, reparar y mantener los distintos tejidos del cuerpo.



De esta manera, por ejemplo, en 100 gramos de queso parmesano existen hasta 40 gramos de proteínas. En la misma cantidad de queso manchego curado, unos 36 gramos, aproximadamente, y en el queso azul, unos 21 gramos de media. Conviene tener en cuenta que las personas que ya consumen muchas carnes rojas y grasas deberían limitar más la ingesta de queso, pues ya tiene cubiertas en gran medida sus necesidades proteicas y no les conviene añadir nuevas grasas a su dieta.

En cuanto a las vitaminas, en el queso se encuentran las del grupo A,D, B12 y B2, que, entre otras muchas propiedades, protegen de las infecciones, cuidan la piel, ayudan a mejorar la cicatrización y favorecen además el buen funcionamiento del sistema nervioso.

GRASAS DE ORIGEN ANIMAL
Con respecto a las grasas que aporta el queso, es importante señalar que estas son de origen animal, lo que significa que son saturadas y que su consumo excesivo está desaconsejado porque favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares y el sobrepeso o la obesidad.

De todas maneras, la opción más saludable es elegir preferentemente los quesos frescos descremados, precisamente por su menor contenido graso. Este consejo es válido tanto para las personas adultas como para los niños, ya que este tipo de quesos solo ven modificado su contenido graso y conservan, en cambio, las vitaminas y minerales. En Prestes tenemos tres tipos de quesos frescos. Natural, a la Pimienta o a las Finas Hierbas.



Las personas con problemas de intolerancia a la lactosa o alérgicas también tienen que tener un cuidado especial con el queso, eliminándolo incluso de la dieta si es necesario o en todo caso restringiendo su consumo tomando únicamente aquellos que su organismo tolere sin generar algún tipo de reacción adversa. En el caso de nuestros quesos, todos, a excepción del Azul, tienen menos de 0,001 de lactosa, que es el que indica la legislación española para poder etiquetar 'Sin lactosa'.

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